lunes, junio 14, 2010

Agar




“Cuando se dio cuenta de que la naturaleza de un hombre cualquiera saciaría su deseo, sintió compasión. Extraña compasión, que se dirigía a quien fuera que fuese el escogido. Ya que competía al hombre sucumbir ante las propuestas, sin derecho a rechazarlas”

Después de llegar a semejante reflexión, Agar dejo la taza de té en la mesa y sintió la impotencia de no poder tener el privilegio de poder responder: ¡NO! ante la obligación, segura, de decir SÍ como respuesta.
Eso era lo que ella esperaría de ahora en adelante: ¡Soñar! ¿Cómo más se le daría dado? La mujer sabia es sabia porque sabe que su edad la ha alcanzado. Ese día pasaría largas horas frente a las muchas tazas de té que necesitaría para mantenerse en ensoñación. Ya era hora de no dormir, pero, no podía estar del todo despierta, necesitaba sentir que soñaba y de este modo evitar que la compasión la hiciera retroceder. La luz atravesaba la ventana como el velo de un invisible viento refrescante. Era ella silencio acompañada de las palabras ausentes. Sorbo tras sorbo y en cada sorbo no podía dejar de reclamarse por haber esperado tanto tiempo en tomar una decisión. Ahora tenía que conformarse con las migas que ni los chulos se comían. Se atrevió a dudar de Dios de nuevo y corrió precipitada a buscar el cinturón de castidad
¿Para qué buscar algo que ya se oxidaba en ella?
- ¿acaso de qué siglo soy? –se preguntó abrumada por temerle a Dios.
La modernidad había matado a la divinidad y ella continuaba entregando su virginidad al matrimonio. Sus 43 años eran vejez y juventud.
- “A los 43 eres más joven tú mamá” – se dijo para sí misma intentado hacerse una sonrisa en el rostro- “A los 43 eres más vieja que tu hija” – dijo y sirvió más té.

La monotonía la hacía tener reflexiones absurdas, ella lo sabía y no le importaba, al fin y al cabo qué más podía hacer esa tarde donde la vaguedad la inundaba. Hoy no había decidido ni bañarse, tenía puesta la pijama y ya eran más de las cuatro de la tarde. Se levanto y lo primero que hizo fue mojarse la cara, se miro, se vio y sólo encontró en el espejo un insípido rostro al que todavía no se le formaban arrugas. Extrañó las arrugas, sintió nostalgia por ellas. Realmente no había vivido, el tiempo no pasaba ni por su rostro, no existía rastro alguno que demostrara lo “feliz” que fue alguna vez.
- ¿fui feliz? – se pregunto en voz alta y calló inmediatamente, sabía la respuesta y era simple: No había sido nunca.
Ella nunca había sido. Por su mente, por su cuerpo jamás hubo cabida para el verbo to be. Y ahora ¿Por qué se decidía a satisfacer un deseo? ¿Acaso era su última voluntad para aceptar su camino hacia la muerte? ¿un boleto tal vez? No sabía nada, esa era la única verdad.

Se disponía a tomarse otra taza cuando el reloj marco las veinte horas. Duro todo el día sentada en la mecedora, solo mirando por la ventana y tomando té. Los ruidos de la calle se acallaban bajo el replicar de diástole y sístole. Rego toda la bebida sobre su pijama, le era imposible mantener quitas las manos. Sus dientes se camuflaban en la oscuridad de su boca. Su aliento limitaba con la hediondez y en su cabello ya se refugiaban las aves. Se levanto y se dirigió a la cama, muchas reflexiones miserables que le hicieron doler la cabeza, era hora de dormir.

Volver

En vista de que todos mis amigos tiene Blog, y yo también tengo, pero no lo utilizo.
Volvere a esta herramienta.

domingo, abril 25, 2010

Pasto por Winston W.

Ásperos rombos, geometría perfecta, pi, 3,1428 algo algo algo, reducción al absurdo; pasan de negro a azul, de azul a rojo, de rojo a negro; un roto, tengo que cambiar este saco, debería comprar uno como las cobijas de tigres… pronto dejaré la neblina bogotana por la bruma pastusa, ¿pronto? A este paso tendré que dormir en la sala de espera.
La pantalla azul debe estar cansada de mis ojos inquisitivos, casi morbosos, he recorrido cada una de sus letras anhelante, no, en realidad aburrido. Sólo, en esta ciudad de trasmilenios, huecos y lluvia, extraño mirar al horizonte y toparme con el Galeras medio desnudo, extraño perderme en la bruma de la mañana, un frío con sabor místico, no recalcitante.
Hace varios meses cerraron al turismo el volcán, ahora parece estar indigesto y de él han salido emanaciones; la lluvia de ceniza es nuestra propia nieve, una nieve grisácea, con olor a azufre. De nuevo la pantalla, nada, este vuelo no saldrá nunca, los pobres muchachos sin profesor de matemáticas, ¿pobres?, deben estar muertos de la dicha, bueno, pobres sí, espero muertos no… la naturaleza es inclemente.
Primero lo de Ecuador ahora esto, estoy cansado de estos viajes letárgicos, 158 rombos en mi saco, los he contado dos veces, la última vez que viajé casi no logro cruzar la frontera, y eso que tengo cara de indígena, aunque poco de eso, mis raíces no están conmigo, se quedaron en la mini estatua de la libertad que adorna la plaza de Túquerres, aún me pregunto qué carajos hace una señora con una antorcha en ese pueblo. La situación con Ecuador está difícil, recuerdo en el bus camino a Quito, que entre la imprudencia de un campesino le preguntaron despectivamente si es que era colombiano para ser tan maleducado, en el hotel de la playa me miraron con recelo al decir mi procedencia, Colombia y sus vecinos, Rómulo y rémulo… y el lobo a la espera.
Dios! Cómo extraño el café, pocos sitios decentes en la capital, no puedo preparar clase así,aquí… el silencio, me aburro.
La verdad tengo miedo de regresar, verla allí, haciendo dragones con figuras de flores, el carnaval se acerca, debe estar ocupada, su sonrisa de artista + sus ojos siempre perdidos + su drogadicción + su encanto místico + su impresionante talento = mi perdición.
Mensaje de texto: “Galeras de mal humor, sesión aplazada”, sí lo sé, dos horas sentado contando rombos, 1,2,3…

miércoles, febrero 10, 2010

Décima


Aquí estoy con ruidos en la izquierda y cielo grises a la derecha. Me monto en un bus y paso veinte minutos de pasar de una cuadra a otra. Miro y veo graffitis que se van cayendo con los ladrillos, gente cagandolos y otros arropándose del frio, durmiendo en los escombros.

Miro y veo gente desolada como las calles caminando, sus caras son pálidas y grises como la acera llena de polvo por la construcción. Hay hombresitos naranjas a modo de Umpalumbas escalando por lo que ¿será un puente?

Al fondo “me bebí tu recuerdo” y recuerdo los antiguos muebles a la venta; ¿no esta ya el almacén del sticker! Antes era odiada la décima, ahora la he olvidado y me desconozco esperando tanto tiempo antes de llegar a la sexta.

Solo la diferencia de 300 pesos me invitan a este viaje, antes era gratis y no grato. No sé ni imagino si a mi izquierda viera las montañas con faldas de casas derrumbadas. Hace rato no me monto al bus de vuelta, no veré esto, creo, la próxima vez no habrán buses y lo grafftis serán el recuerdo de una decima que ya no es y ahora hace parte de la nueva ciudad metropolitana.

lunes, febrero 08, 2010

jueves, octubre 01, 2009

One day!

One day!

By Sara Rios Pérez.

We were walking toward seventh street. I was very tired, so we decided to take a bus. The bus way was seventh and fourth street. I supposed to get off the bus in Tadeo University. When the bus arrived to National Park, increased its speed. Suddenly, I saw a grandfather wants to get off the bus, but because of the speed, he was pushed against the door. The grandfather holds the rod in the bus and rotate!. Immediately I heard a sweet little voice. ¡Was a cat!. I can´t stop laughing. The girl with her cat sit down at my side, and the cat was very scared.

The bus continues running, and then was the time to get off the bus for me. First I rang, but the driver don´t want to stop. I rang again and the driver look me in a ugly way, and I said: "if you don´t stop, I can go down for the door and kill me!”, and I get off the bus. This day my head hurts a lot and I was a little dazed

The end of the day can´t be worst. I was waiting a taxi with my friends, when I saw a calf head approaches us. Have been groups of drunk gringos. They said “kiss the cow”. It was two o’clock in the morning. I would leave in that moment, but instead I kissed the calf and then take the taxi.